domingo, 14 de octubre de 2012



Shanti's - Guadalajara, Mexico


¿Te has fijado bien en la mirada de un niño? ¿En su transparencia? ¿En el amor que emana de ella? Los niños son capaces de amar todo, de admirar lo más simple, desde una hormiga arrastrando una hojita hasta una nube con formas. Para un niño... cualquier cosa es mágica, cualquier momento presente es eterno, el amor es su estado natural.

Lamentablemente para nuestro malogrado y malhumorado Mundo Adulto, esas no son condiciones óptimas de supervivencia. Estamos empeñados en acabar con esa inocencia y reemplazarla por una máscara que ese niño irá moldeando a medida que crece y lo ayudará a sobrevivir en el competitivo y veloz “Mundo real”. Nuestro Mundo es más gris, más numérico, más metódico; hay un método para todo, la ciencia lo explica todo, y lo que la ciencia no puede explicar es simplemente Basura. Tenemos que usar una máscara para todo: una para el trabajo, otra para los amigos, otra para las visitas (cada amigo y cada visita requiere una máscara distinta), otra para las autoridades, otra para nuestra pareja……….en fin………muy pocas veces o casi nunca somos nosotros mismos sin máscaras………Así es nuestro mundo adulto.

La inocencia de un niño es un estado puro del Ser humano, fuimos creados para jugar, aprender jugando, disfrutar de las cosas, curiosear, ser. No para complacer a nadie ni seguir unas etiquetas sociales que quien sabe que persona dijo que son la forma correcta de vivir en este planeta. Total, la aprobación de los demás al final es basura, pues a nadie le interesas realmente.

Se es niño una sola vez en la vida, por lo tanto no se lo arruines a tus hijos. Que jueguen, que exploren, que sueñen, que sean ellos. No los reprendas por lo que diga tu familia, tus vecinos o mucho peor, los extraños. La mayoría de las personas no soporta la risa, los gritos y los juegos de los niños justamente por lo golpeado y asustado que se encuentra su niño interno………Ojala todos pudiéramos sanar eso………el Mundo sería un sitio más placentero .


 Vianney Lòpez A.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario